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  • Irma Gonzalez R

Luna Llena en Cáncer. Fin de un ciclo y ritual de despedida.



El miércoles 30 de diciembre del 2020 llega la Luna llena en el eje Cáncer-Capricornio. Esta luna, también es conocida como la “La Luna de las Largas Noches" ya que cubre con su pálida luz las noches más largas del año en el solsticio invernal del hemisferio norte.


Luna llena en Cáncer


La Luna se estaciona en su fase llena en el signo de Cáncer, su morada, es aquí donde la Luna se siente cómoda bajo el influjo de su signo nativo. Una Luna madre profundamente emocional (Cáncer-agua), que nos recuerda la importancia de los vínculos afectivos, especialmente los familiares, y también nos hace consciente de la necesidad de un hogar cálido y amoroso donde refugiarnos cuando nos sentimos agredidos e indefensos.


Hemos vivido un año 2020 muy diferente a lo “conocido”, donde las estructuras capricornianas se han visto movilizadas y agrietadas por eventos inesperados. Lo estable ha desaparecido para traer un cambio de paradigma, que pone a prueba no solo nuestra capacidad de adaptación sino también la capacidad de permitir que afloren abiertamente y sin juicio, las emociones asociadas a todo cambio inesperado.



Crecer por dentro


La Luna nos evoca al primer septenario de vida, los primeros 7 años de nutrición materna, la primera etapa donde necesitamos cobijo, protección y vínculos afectivos sinceros y estables. Si esto no está lo suficientemente presente por parte de nuestros referentes, aparecerán las primeras ausencias afectivas. Si nuestra Luna no estuvo la suficientemente asistida por nuestros padres, esa ausencia se alojó dentro de la psique como un hij@ desprotegido y vulnerable. Un hij@ que tuvimos que cubrir con un manto de control y estructura (capricornio), para poder aliviar sus profundas carencias y asegurar su supervivencia.


Por simetría a nivel global con toda esta crisis mundial que estamos experimentando podemos llegar a sentir que nuestros referentes mayores, sociales, y universales nos dejan ausentes en afecto y protección, emergiendo de nuevo ese niñ@ interno en forma de MIEDO.


Ya no hay control ni estructura a la que sujetarse, y es cuando el nuevo tiempo nos invita a crecer por dentro como individuos y como sociedad. Son los deberes que trae a la humanidad el nuevo ciclo Saturno-Júpiter en Acuario. Romper el control, llenar antiguas ausencias, y hacernos responsables de ese pequeño ser interno que no sabe cómo manifestarse emocionalmente ante un cambio tan radical como el que estamos experimentando a nivel de humanidad. Toca crecer por dentro, cada uno desde su pequeño universo individual y luego como universo colectivo, (microcosmos-macrocosmos).



Fin de un ciclo


Termina un ciclo solar 2020, y también termina un ciclo lunar. Es el cierre de grandes eventos astrológicos que nos han acompañado en este particular año. El fin de una Era (Piscis), el fin de lo conocido, de las apariencias, el fin del egoísmo hacia ti mismo. La Luna llena en Cáncer llega como bálsamo de alivio y esperanza abriendo nuevas formas de luz y consciencia. La madre universal te susurra, “estas a salvo”.


Esta Luna Llena de cierre y aperturas te arropa bajo su manto para manifestarte algunas lecciones lunares:


1.- Una profunda toma de contacto con tus necesidades, y sentimientos reales para expresarlos sin conflictos.

2.- Levantar una base interior afectiva que sea segura, apoyada en vínculos afectivos cercanos.

3.-Vencer comportamientos que se basen en el desamparo, o en necesidades para obtener protección. De que sean otros los que nos asistan, quitando nuestra propia responsabilidad de la realidad.

4.-Prodigarnos cuidados afectivos, y nutrirnos a través de vínculos amorosos, familia, amig@s, seres queridos.



Ritual de despedida y comienzos:


Puedes realizar este breve ritual durante el influjo de la Luna llena, miércoles 30 y jueves 31 de diciembre 2020.


*Busca un lugar cómodo donde relajarte, a solas, en silencio, y preferiblemente donde puedas observar la Luna llena. De no ser posible, igual busca mirar al cielo nocturno que allí estará reflejado el influjo de la Luna.


*Siéntate en el suelo sin calzado, como lo hacías en tu infancia, cerca del cobijo de la tierra. Toma una postura que te permita mantener la espalda recta y respirar con libertad.


*Puedes rodearte de cristales si te sientes a gusto con sus energías. Un aroma con incienso o difusor de aceites. Pétalos de flores. Y por último una velita de miel preferiblemente, o cualquier otra que tengas al alcance.


*Bajo el manto Lunar, enciende la velita, y observando su danzarina llama evoca en tu memoria todas aquellas emociones limitantes, (antiguas o recientes) que sientas estén bloqueando tu momento actual. Por ejemplo, incertidumbre, miedos, angustias, soledad, desarraigo, abandono etc.


*Imagina que estas emociones salen de tu entrecejo y caen sobre la llama de la vela, la luz las recibe amorosamente hasta quedar consumidas.


*Tomate tu tiempo de desprendimiento, y una vez sientas el vacío de todo aquello que no necesitas, observa por un tiempo la Luna llena. Poco a poco ve desapareciendo en su luz y en su fase final.


*Abraza sin juicio ni valoración todo lo que emerja en ese momento, llanto, risas, cantos, palabras etc. La Luna habla el mismo lenguaje del corazón.



Es necesario pasar por esta breve muerte emocional, no podemos abrir un nuevo ciclo siendo la misma persona, el DESPRENDIMIENTO es condición necesaria para el fin de un ciclo, y la ADAPTACIÓN para los nuevos comienzos.


¡Damos la bienvenida a las nuevas energías de renovación y expansión!


EL AMOR es el Guía


ArtWork: La Madre del Mundo. Nicolás Roerich.


Irma González R


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